Sin Contenido




En esas mañanas en las que poco a poco va tomando presencia una realidad ligada a mi mente, un transporte, un envase, un medio para discurrir hacia el devenir, siendo devenir mismo, cambio y transformación...en medio del caos. No me asusta ni me conmueve pues llevo un tiempo navegando en sus negras aguas. Un dolor tenue y una sensación de opresión; tiro de algo, desde el hombro, resultando ser un brazo que comienza a hervir de hormigas, una sensación entre agradable y molesta, un no se qué que mi cerebro interpreta a duras penas como saludable. Rascándome una nalga me incorporo y me siento en el borde del colchón. Me estiro con un abarcar de brazos que se diría un Atlas pidiendo con un rugido soportar un mundo. Todo acaba y vuelvo a ser yo. En esas mañanas en que vuelvo a ser el mismo que ya no sabe que te soñó.

Jto

PAPEL




Escribía George Sand que no podemos arrancar ni una página del libro de nuestras vidas pero sí que podemos arrojarlo entero al fuego. Con la vida se nos entrega un gran libro en blanco que hemos de ir rellenando. Diversas tintas: negras de sensatez, azules de templanza, rojas de ira y vergüenza; caligrafías variadas, maduras o alocadas, cuidadas o al desgaire; anotaciones sin sentido o prolijas listas de logros o deseos; pero siempre las mismas hojas que difícilmente podemos borrar y una encuadernación con la que el tiempo se encarga de hacer cada vez más pesado a nuestro libro. Nosotros debemos encargarnos de que la historia que cuente tenga tragedia, drama y comedia en justas dosis sin olvidar nunca que somos los autores y que estaremos en todas sus páginas hasta el momento en que oigamos pronunciar el cursum perficio y la última página se cierre. Deseo a todos que no se cierre vuestro libro con violencia y que no dejéis ni una sola página por escribir.

Jto