Encalados de Tristeza





La felicidad viaja en sacos de arpillera llenos de agujeros y cuanta más se quiere llevar, menos dura dentro. Sin embargo, obstinados, topamos con el muro del desprecio, cimentado sobre el desdén y encalado de tristeza, y topamos digo, una y otra vez, tratando de derribarlo cuando no hacemos más que quedarnos pegados a él, a su sombra letal, como moscas en un tarro de miel. Si en verdad quisiéramos ser felices, bordearíamos esa tapia para alcanzar la alegría que habita fresca en el pozo de la sabiduría.


Jto           

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