Pasos



Recogiendo las llaves de la mesa, clavando tormentas en mi corazón con un “búscate otro perro”, salí para no regresar. No volví la vista atrás ni cuando me siguieron los pasos del recuerdo, ni cuando las uñas de la desesperación se aferraron a mis hombros, ni cuando me vencieron la autocompasión y el egoísmo y los asesiné, fratricida, con ron, ni cuando volví a ser yo olvidando quien fui. El tránsito fue salvado por mujeres a quienes conocí, quienes no sabían quién era yo, a quienes yo no conocía y a quienes, en su mayoría, ya he olvidado. Humano, demasiado humano, todo un dios, diría el Filósofo.

Y no he muerto que me acuerdo de la lluvia y me acuerdo del viento y de caminos cubiertos de hojas secas y de abejas zumbantes de almas cubiertas de polen y de la risa de la fuente que calienta la tarde y de rayos de sol que tatuaban mi piel con su capricho. Y no he muerto que seguiré dando toda la guerra que pueda hasta que ya no pueda más y eche a volar sobre el adiós de un sol rubicundo de lacios cabellos que se despida tras la tormenta.


Jto               

1 comentario:

  1. Tu talento no tiene límites Justo. Si algo tiene de bueno el desamor es la inspiración para crear escritos bellos.
    Tú sigue dando guerra... pero del tipo de revolucionar los sentidos.

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