Mi Reino




Sentado en la borda de mi barco pirata, con los pies desnudos acariciados por el viento, sintiendo aun el fragor de la batalla como un eco, derramo sueños y miedos sobre las olas. Recuerdo como entraba al alba por tu ventana y robaba la escarcha de tu corazón, moría entre tus brazos, vivía entre tus piernas y aullaba a la mañana lo tonto que me tenías. Coronado de tormentas y arropado por el viento me dejaba llevar al infierno, mi reino, y clavaba las pezuñas para que no me arrastrara la bondad. Entonando melodías desconocidas acompañaba unos tragos que robé y del pan de la alegría comía migajas, con cuidado, pues solo lo bueno mata. Si algo ocurre, si algo bueno puedes darme, lo destrozaré, lo haré desaparecer para que nadie sepa que tengo lo más preciado. Sólo yo conoceré tus dones.

Jto               

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