Venas



Nubarrones polícromos danzan ante mi mirada extraviada. Las ranas continúan su croar en un charco de sebo y sangre. Grillos del tamaño de perros persiguen a unas ovejas iridiscentes que charlan del paso del tiempo mientras huyen despavoridas. Alguien me habla pero no puedo verlo, apenas puedo moverme, me cuesta respirar y tengo el corazón a punto de reventar. Sin embargo, me encuentro de la ostia. No hay miedo. A esto pertenezco y no soy más ni menos que ello, somos uno, miseria e insensatez, alegría y cobardía. Lo que corre por mis venas no es sangre; es más ligero, lo noto en su fluir o mejor dicho, en su correr. Lo percibo de pronto cuando se abren grietas en mis brazos y de ellas surgen largas formaciones de hormigas que, trepando por mis brazos, pretenden alcanzar mi cabeza. Jaja. Río y me vuelvo a jurar que mañana no me drogaré.

Jto        

No hay comentarios:

Publicar un comentario