Sin Contenido




En esas mañanas en las que poco a poco va tomando presencia una realidad ligada a mi mente, un transporte, un envase, un medio para discurrir hacia el devenir, siendo devenir mismo, cambio y transformación...en medio del caos. No me asusta ni me conmueve pues llevo un tiempo navegando en sus negras aguas. Un dolor tenue y una sensación de opresión; tiro de algo, desde el hombro, resultando ser un brazo que comienza a hervir de hormigas, una sensación entre agradable y molesta, un no se qué que mi cerebro interpreta a duras penas como saludable. Rascándome una nalga me incorporo y me siento en el borde del colchón. Me estiro con un abarcar de brazos que se diría un Atlas pidiendo con un rugido soportar un mundo. Todo acaba y vuelvo a ser yo. En esas mañanas en que vuelvo a ser el mismo que ya no sabe que te soñó.

Jto

PAPEL




Escribía George Sand que no podemos arrancar ni una página del libro de nuestras vidas pero sí que podemos arrojarlo entero al fuego. Con la vida se nos entrega un gran libro en blanco que hemos de ir rellenando. Diversas tintas: negras de sensatez, azules de templanza, rojas de ira y vergüenza; caligrafías variadas, maduras o alocadas, cuidadas o al desgaire; anotaciones sin sentido o prolijas listas de logros o deseos; pero siempre las mismas hojas que difícilmente podemos borrar y una encuadernación con la que el tiempo se encarga de hacer cada vez más pesado a nuestro libro. Nosotros debemos encargarnos de que la historia que cuente tenga tragedia, drama y comedia en justas dosis sin olvidar nunca que somos los autores y que estaremos en todas sus páginas hasta el momento en que oigamos pronunciar el cursum perficio y la última página se cierre. Deseo a todos que no se cierre vuestro libro con violencia y que no dejéis ni una sola página por escribir.

Jto

Volkerbaum

¿Quién es Volkerbaum?
Volkerbaum nació en una calurosa mañana de enero. Nació del revés dando así inicio a una carrera sin sentido, metas ni honor pero repleta de divertidas anécdotas, sobre todo para los demás. Nació del revés y con ello no queremos decir que alumbrara en primer lugar los pies o que pretendiera aparecer en medio del teatro del mundo de través sino que surgió dado la vuelta como un calcetín. Sin explicación posible para tan inédito hecho, la tocóloga, entre horrorizada y asqueada perdió el conocimiento con un flaquear de piernas, un llevarse las manos ensangrentadas a la cara y un grito. Daisy Molembe, asistente cafre de la sensible tocóloga, introdujo con un gesto rápido su mano en la boca del neonato y alcanzó los pies y tiró de ellos y otorgó al pequeño Volkerbaum la forma humana.


Jto

Perkaleo

Me he propuesto una búsqueda para los próximos días. Tengo que conseguir una cierta cantidad de tarros grandes, de esos transparentes, con cierre de ballestilla y el reborde de la tapa amortiguado por goma. Han de ser tarros perdurables, resistentes aunque también hermosos, de formas sencillas pero bellas, de redondeadas aristas. No importa su peso ni el color de su vidrio pues para un daltónico el color es lo menos importante. No importa tampoco su precio pues lo que pienso atesorar en ellos incrementará su valor exponencialmente. Y es que necesito muchos pues últimamente estoy a rebosar de buenos momentos, de buenos sentimientos, de agradables veladas, de amistad y ¿por qué no decirlo? de cariño. Y estoy que no me entra el corazón en el pecho, si, ese mismo que se desboca cuando oye su voz, ese mismo que me late aunque me mate, ese mismo que salta y brinca cuando la veo llegar, ese mismo que estalla con un sí y no se mata con un no. Y todo eso lo quiero guardar en esos tarros para, como dice el poeta, cuando no esté poder untar con algo dulce el agrio vacío.

Jto

Tridecálogo

Hay algunas personas que siendo religiosas, creyentes o simplemente supersticiosas creen que los que no consideramos la existencia de un ser supremo que justifique nuestra ignorancia como especie carecemos de ética. Pues bien, esta es mi ética personal, en la que creo y la que trato de seguir con todas mis fuerzas y que puede ser resumida en "Trata a los demás y al mundo en general con amor, honestidad, fidelidad y respeto pero no olvides cuestionarlo todo". Este es mi tridecálogo:

1. No hagas a otros lo que no quieras que te hagan a ti.

2. Esfuérzate siempre por no causar daño.

3. Trata a los seres humanos, a los seres vivos y al mundo en general con amor, honestidad, fidelidad y respeto.

4. No pases por alto la maldad ni te acobardes al administrar justicia pero disponte a perdonar el mal hecho libremente admitido y honestamente arrepentido.

5. Vive con un sentido de alegría y admiración.

6. Busca siempre aprender algo nuevo.

7. Prueba todas las cosas; revisa siempre tus ideas frente a los hechos y prepárate para descartar incluso una creencia muy apreciada si no está conforme a ellos.

8. Nunca busques censurar o interrumpir una disensión; respeta siempre el derecho de los demás a estar en desacuerdo contigo.

9. Fórmate opiniones independientes en la base de tu propia razón y experiencia; no te permitas ser manejado a ciegas por otros.

10. Cuestiónalo todo.

11. Nunca prejuzgues a nadie por motivo de su raza, origen étnico o social, religión o creencias, ideología, sexo, orientación sexual o aspecto físico; conoce primero a las personas antes de formarte una opinión sobre ellas.

12. Procura disfrutar de la vida y de los pequeños momentos que te regala, compartiéndola con las personas que realmente te importan.

13. Nunca adoctrines a tus hijos; enséñales a pensar por sí mismos.

In Litera Veritas est (o algo así)


Al principio se hizo la luz y con ella se vio al castellano. Apareció incluso antes de que hubiese un animal (mono, pájaro o pescado) capaz de pronunciarlo. Y esto fue así porque lo realmente excelso se presenta sin ser necesario, como el oro o los diamantes. Es el idioma, no nos engañemos, que se hablaba a orillas del Éufrates y el Tigris, en las riberas del Nilo, que gritaban los bañistas en el Indo o los pescadores del Yangtsé. Es el idioma que, degradándose paulatinamente, originó el resto de lenguas. Es el idioma de Dios y de Caín ya que es un idioma construido para el engaño, la burla, la incomprensión, la ofensa, que es muy rico, sí, pero en construcciones engañosas, en falsas apariencias, en interjecciones, en dobles, triples o múltiples sentidos, en términos ofensivos, vejatorios o salaces, siempre dispuesto al insulto, al menosprecio, al menoscabo del contrario aunque también ha permitido las más excelsas oraciones de la poesía, la novela y el teatro mundiales. Con él es convencida Melibea del conveniente Calixto por una ex meretriz metida a política; con él corteja un Juan a una Inés a la luz de una luna clara en un ambiente exento de humos; con él se nos encoje el corazón al desvelarnos Segismundo que la vida es un sueño mientras pasea a su perro insomnio por su celda; con él se burla el Poeta del vate cordobés por su judaica nariz; con él nos narra el prisionero su paso por los baños de Argel que descubrimos muy poco higiénicos; con él, en fin, se han escrito los más hermosos pensamientos y, sin duda, las más grandes mentiras.

Se ha perdido el lirismo para siempre y no me refiero al que toma la forma de estructuras perfectamente clasificables en cuartetos, sextetos, quintillas y sonetos sino en aquel que impulsaba a enviar “unas escasas letras que te muestren mi sentir” a una adorable joven que leía a la luz de una vela los treinta y dos pliegos remitidos a lomos de caballería, a través de sierras repletas de bandoleros, lobos y alguna prófuga ave de corral, por un joven que conservaba un retrato de la adorable lectora poco fiel con el original o quizás fuera poco fiel la joven con el adorable retrato.

No es de extrañar, por tanto, que en los tiempos corrientes nos mandemos “tuis”, nos “guasapeemos”, recibamos “meils” y todo ello repleto de una ingente ausencia de conocimiento de las más elementales normas básicas de ortografía y del más puro desprecio por aumentar nuestro parco léxico por el que podemos hacer un pastel, un edificio o un examen sin abandonar el mismo verbo.

Para concluir, porque se consumen tinta, vela y papel a la par y ya me estoy escribiendo en el puño de la camisa, estamos acabando con el idioma de dios, el más humano y por el que somos envidiados, en general, por el resto de bestias y alimañas que no pueden emitir más que algún fragmento de alfabeto.     Jto.

A solas



De quedarme a solas conmigo tengo miedo,
de ver dentro de mí, saber del rastro del fuego
que todo lo abrasó, que nada dejó en pie
más que ceniza y soledad y tristeza y abandono.

De quedarme a solas conmigo tengo miedo,
de sentir la lluvia, de sentir el viento
que apagó las brasas ardientes del sentir
del latir de un todo, de nada, del cielo, del suelo.

De quedarme a solas conmigo tengo miedo,
del caminar descarriado, del mirar cegado,
del ancho mundo, de las cortas miras,
de quedarme a solas conmigo tengo miedo.
                                                                                  Jto

Mujeres


Quiero a las mujeres que dejan huella y no cicatrices, que caminan la vida y la desgastan, que no se ahogan en un vaso de agua y se beben la existencia a cortos sorbos. Quiero a las mujeres cuya mirada transparente me dice que no hay nada, que lo hay todo, que navegan mares tormentosos en un barco de papel. Quiero a las mujeres que no se dejan impresionar por la fatuidad de un templo, que lloran al ver un pétalo caer, que son fuerza y dulzura. Quiero a las mujeres que oyendo el trueno silban fuerte que se pierden en pensamientos con una melodía que ríen con el corazón y no con el gesto. Quiero a las mujeres cuya belleza no es solo una fachada frente al mundo sino una ventana que muestra su alma que exponen su opinión que no esperan príncipe ni corcel. Quiero a las mujeres que hartas de sapos ya no regalan sus besos que no ansían convertirme y que me aceptan tal cual soy.


Jto

A veces...





A veces me agotan los que se aferran a sus ideales como si no hubiera aire que respirar. A veces me asusta el vuelo de un pajarillo, a veces el mecerse de una flor, a veces el rumor de un arroyo; creo que estoy dejando de ser humano. A veces me asombro mirándome el interior y riendo y saltando pongo en fuga la tristeza que albergue. A veces cruzo calles sin rumbo, bosques sin sombra, puertas sin umbral. A veces busco en unos ojos algo que sea distinto y ¡es todo tan parecido!.  A veces me enamoro y al rato estoy igual y no dejo de ser yo. A veces grito y ni yo me oigo; voy a tener que ladrar para sentir algo. A veces te digo que, si te vas, te lleves tus besos que ya no quiero pesos que el alma tensen. A veces vuelves y llegas a mí en la madrugada como la soledad última que a todos nos espera. A veces me canto y haciendo palmas bailo sobre la escombrera asentando un firme suelo sobre el que echar a volar. A veces bebo hasta matarme y fumo para recuperar el aliento y me siento vivo con cada puñalada y añoro las lágrimas y escucho el latir de mi corazón que aún se encabrita si le hablas y encalo las tapias de mi pensamiento para ocultar el rastro que dejan en ellas mis correrías de perro vagabundo.

Jto